Es un método alternativo de resolución de conflictos, donde las partes acuerdan que un árbitro privado resuelva la disputa, sin necesidad de acudir al sistema judicial ordinario.
¿Por qué es importante?
Porque es más rápido, confidencial y flexible que un juicio ordinario. En Panamá está regulado por la Ley 131 de 2013.
Errores comunes:
Incluir cláusulas arbitrales sin detallar institución arbitral o reglas.
No prever cómo se designará el árbitro.
No entender que el laudo arbitral es vinculante y no se apela, se solicita la anulación de este.
Consejo práctico:
Define si deseas arbitraje nacional o internacional, y deja por escrito el idioma, sede y reglas. No todos los contratos necesitan arbitraje: evalúa cada caso.
¿Tu contrato tiene cláusula arbitral? Te explicamos cómo usarla.